EL TAMAL
Un pobre hombre estaba acostado en su cama, en estado terminal, le quedaban pocas horas de vida.
De repente huele el aroma de los tamales recién hechos, fresquecitos. Para él no había nada mejor en el mundo que los tamales de su mujer Chepa.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano, baja las escaleras y, dirigiéndose al comedor, empieza a percibir el vapor que lleva el aroma a masa de maíz, carne de puerco y de pollo que desde la cocina emanaba.
Llega hasta la mesa de madera donde se encontraban extendidos los suculentos tamales y toma uno, viendo que sus esfuerzos habían validola pena, cuando, repentinamente, siente un fuerte golpe en la cabeza que merma sus facultades y lo hace presa de la debilidad en sus piernas.
Tratando de no desplomarse al suelo hace por voltear la vista, y alcanza a ver a su mujer con un cucharón de hierro en la mano, diciéndole:
Ni se te ocurra, .......! son pa'l velorio ......¡
Un pobre hombre estaba acostado en su cama, en estado terminal, le quedaban pocas horas de vida.
De repente huele el aroma de los tamales recién hechos, fresquecitos. Para él no había nada mejor en el mundo que los tamales de su mujer Chepa.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano, baja las escaleras y, dirigiéndose al comedor, empieza a percibir el vapor que lleva el aroma a masa de maíz, carne de puerco y de pollo que desde la cocina emanaba.
Llega hasta la mesa de madera donde se encontraban extendidos los suculentos tamales y toma uno, viendo que sus esfuerzos habían validola pena, cuando, repentinamente, siente un fuerte golpe en la cabeza que merma sus facultades y lo hace presa de la debilidad en sus piernas.
Tratando de no desplomarse al suelo hace por voltear la vista, y alcanza a ver a su mujer con un cucharón de hierro en la mano, diciéndole:
Ni se te ocurra, .......! son pa'l velorio ......¡
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