En un avión...
- ¿Cuál es el problema, Sra.? - Pregunta la azafata.
- ¿Es que no lo ve? - Responde la dama - Me colocaron junto a un negro. No soporto estar lado de uno de estos seres repugnantes. ¡Denme otro asiento!
- Por favor, cálmese… - dice la azafata - Casi todos los asientos estan ocupados. Voy a ver si hay un lugar disponible. La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde:
- Sra., como yo pensaba, no hay ya ningún lugar libre en la clase económica. Hablé con el comandante y me confirmó que no hay más sitios disponibles en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar en primera clase. Antes de que la dama pueda hacer el menor comentario, la azafata sigue:
- Es del todo inusual permitir a una persona de la clase económica sentarse en primera clase. Pero, vistas las circunstancias, el comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona tan repugnante. Y dirigiéndose al negro, la azafata le dice:
- Si el Sr. Lo desea, tome su equipaje de mano, ya que un asiento en primera clase le espera.
Y todos los pasajeros alrededor, que, sorprendidos, asistían a la escena se levantaron y aplaudieron...
- ¿Cuál es el problema, Sra.? - Pregunta la azafata.
- ¿Es que no lo ve? - Responde la dama - Me colocaron junto a un negro. No soporto estar lado de uno de estos seres repugnantes. ¡Denme otro asiento!
- Por favor, cálmese… - dice la azafata - Casi todos los asientos estan ocupados. Voy a ver si hay un lugar disponible. La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde:
- Sra., como yo pensaba, no hay ya ningún lugar libre en la clase económica. Hablé con el comandante y me confirmó que no hay más sitios disponibles en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar en primera clase. Antes de que la dama pueda hacer el menor comentario, la azafata sigue:
- Es del todo inusual permitir a una persona de la clase económica sentarse en primera clase. Pero, vistas las circunstancias, el comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona tan repugnante. Y dirigiéndose al negro, la azafata le dice:
- Si el Sr. Lo desea, tome su equipaje de mano, ya que un asiento en primera clase le espera.
Y todos los pasajeros alrededor, que, sorprendidos, asistían a la escena se levantaron y aplaudieron...