Un lepero iba por la calle y encuentra un espejito de cartera.
Lo levantó, se miró y dijo:
¡Coño! ¡A ese tío le conozco!
Y se lo guardó en el bolsillo del pantalón. De regreso a su casa volvió a mirarse en el espejito y repitió:
¡¡Joder!!, ¿de dónde conozco yo a ese tío?
Al entrar en su casa guardó el espejito en el bolsillo y se sentó a la mesa
del comedor. Mientras Josefa le servía la comida, volvió a mirarse en el espejito:
¡¡Ostia!!,¡que yo conozco a ese tío!. Creo que es el que se corta el pelo en frente mío.
Curiosa, Josefa le pregunta:
.... Oye Manuel, ¿qué tienes en la mano?
.....
¡Nada importante mujer!
Y guardó nuevamente el espejito en el bolsillo. Terminada la cena, el lepero se fue a dormir dejando el pantalón sobre la silla.
Una vez dormido, Josefa intrigada se acercó a la silla y sacó el espejito del bolsillo, se miró en él y dijo:
Lo sabía, ¡la foto de una mujer!, y ¡qué cara de puta tiene!
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HECHO REAL
.
-(Ring, ring, ring)
- Hospital Xeral bos días...
- Si, buenos días, quisiera hablar con alguien que me de información sobre
un paciente que está internado.
- ¿De qué paciente se trata?
- Se llama Antonio Comesaña Otero y está en la habitación 376.
- Un momento, le paso a enfermería.
- Buenos días, habla la enfermera Luisa Casal, ¿en qué puedo ayudarle?
- Quisiera saber las condiciones clínicas del paciente Antonio Comesaña
Otero de la habitación 376, por favor.
- Un minuto que voy a localizar al médico de guardia.
- Buenos días, habla el doctor Quirós, ¿en qué puedo ayudarlo?
- Verá doctor, quisiera que me informasen sobre el estado de salud de
Antonio Comesaña Otero de la habitación 376.
- A ver, un minuto que consulto la ficha del paciente.
- Bueno, graciñas.
- Aquí está. Veamos, hoy se alimentó bien, la presión y el pulso se
mantienen estables y está respondiendo bien a la medicación por lo que
mañana le retiraremos el monitor cardíaco, si continua en esta línea le
daremos el alta en dos o tres días.
- ¡Muchas gracias doctor, no sabe usted la buena noticia que acaba de
darme! ¡Joder que alegría!
- Me alegro hombre, ¿quién es? ¿Su padre?
- No, no, que va, yo soy Antonio Comesaña Otero y estoy llamando desde la
habitación 376, lo que pasa es que aquí todo el mundo entra y sale del
cuarto cuando le sale de los huevos y a mí nadie me dice un carallo.